sábado, julio 23, 2011

Esta novelita narra la historia de una joven estudiante norteamericana, Nancy, afincada en Alcalá de Guadaira con el propósito de tomar notas para una tésis sobre literatura y antropología española. A través de las cartas que ésta envía a su prima Betsy sabemos de sus amores y peripecias en tierras andaluzas. Podemos, por tanto, encajar esta novela dentro del género epistolar. Género que da mucho pábulo a una literatura intimista (pienso en Pepita Jiménez de Juan Valera o en El Abrecartas de Vicente Molina Foix) y que resulta muy eficaz para obras en clave humorística como ésta o Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas LLosa.

Sin embargo, me ha decepcionado un poco. Se exagera demasiado el folclore andaluz para que haga contraste con la cultura yanqui de la protagonista. Ésta, por otro lado, resulta inverosímilmente ingenua, desagradablemente gilipollas. Quien haya vivido con una estadounidense sabe que no son tan cretinas, sino al contrario.

El humor casi siempre se basa en la distinta percepción que de las situaciones tienen los personajes debido al cruce de culturas, en interpretaciones literales de lo que es simbólico y viceversa, en las perplejidades de Nancy ante lo extravagante andaluz y gitano, en sus errores de comprensión, en juegos de palabras, homonimias, paranomasias, metátesis... el autor usa y abusa de todo esto de tal forma que a la quinta carta ya cansa y son diez.

En la p.128
- ".. y tú ¿no nadas nada?-no traje traje"

Ésta ya me sonaba. Igual que la frase en la p. 83
"¿Cuándo se ha visto un torero con bigote?"
Lo que son las cosas.

En la p. 195 hay una incongruencia: si el duque habla a Nancy en perfecto inglés ¿cómo se explica ahí la palabra "garete" y el consiguiente chiste?
En fin, creo que es una obra sobrevalorada en la literatura española.

Ramón J. Sender, lo siento pisha, pero no sé si es que tú la escribiste a la ligera o que yo la he leído muy superficialmente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este libro se lo regaló mi madre a mi hermana como lectura de verano y creo recordar que ni siquiera lo terminó... Aunque lleva rodando por mi casa años, jamás he tenido la tentación de leer ni una página. Ahora, me has acabado de convencer de que puedo pasar por alto esta "joya" de la literatura :)
Bss

joselu dijo...

Tú sabes cómo son los gustos, Rebeca: cada cual con el suyo. A veces ni consigo mismo se pone uno de acuerdo y lo que te gustaba en una época ya no te gusta tanto en otra.
Lo que me ha pasado con este libro es que no he disfrutado leyéndolo y cuando se lee por placer (y esto debiera ser siempre)es un pecado no disfrutar. Quizás es que deseaba demasiado empezar con el que tengo ahora entre manos.. no sé.