lunes, mayo 30, 2016


           Vicente Gallego es un poeta valenciano perteneciente a eso que en los años 80 se llamó en Granada "La otra sentimentalidad" (Manifiesto publicado en El País en 1983 por los jóvenes poetas Javier Egea, Álvaro Salvador y Luis García Montero) y un poco después y más ampliamente Poesía de la Experiencia.
Hoy en día las características de aquella poética (historicidad, narrativismo, inmediatez, cotidianidad, fusión de la experiencia individual en la colectiva..) se han disipado en alguna medida de la obra de aquellos poetas. Un ejemplo de esa deriva es este "Saber de grillos" conformado por poemas breves, desnudos en apariencia pero de un gran simbolismo estético.

viernes, mayo 27, 2016


Con "Cirlot: ser y no ser de un poeta único" de Antonio Rivero Taravillo, publicado por la Fundación José Manuel Lara y Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2016, se me despertó la curiosidad por este raro poeta catalán. Consulté qué obra tenía suya la Biblioteca Nacional en su sede de Recoletos y cayó en mis manos este "44 sonetos de Amor". 

Poesía de una belleza deslumbrante e insólita, hallazgo que se mezcla con extravagancia, esencialidad con deriva. Como si su fuente procediera de una tradición literaria poco transitada (ni siquiera del propio autor), como si fuese traducción o como si el poeta fuese zurdo; una poesía, en fin, bien mal escrita, o que da esa sensación. ¿Servidumbre de la forma? Al leer no se olvida uno nunca del molde, el soneto, y el oído tropieza. 

En cuanto al tema, estos poemas nos informan de un concepto aciago del amor, donde este opera como una fatalidad que socava al poeta, que lo convierte en víctima y antagonista de sí mismo. Véase Soneto XX, y el XXXII. O el XLIII de  estética tétrica y penetrante; O el claro y  directo penúltimo verso de Soneto VII: 
                       
                          "Me llevas de la mano a padecer".

Son frecuentes  las "espinas", "ortigas", "cuchillos", "heridas"... entre "rosas", "amor", "azules primaveras".. lo cual le confiere a estos poemas una cualidad plástica que da realce a ese carácter trájico del que hablaba.

jueves, mayo 19, 2016


 Me ha parecido un libro fresco, puro, donde se reproduce la voz luminosa y a la vez noctámbula de una persona cercana, no la de un poeta. Una persona de gran entusiasmo pasional a quien pasan cosas, las siente, las cuenta, las canta. Las cosas que nos pasan a todos: enamorarnos y no ver más allá, vivir ciertas experiencias involucradas con el amor, ansias existenciales, ciertas zozobras y asombros ante los que somos dolorosamente vulnerables.

viernes, mayo 06, 2016


Distopía en la que Orwell hace una durísima crítica a una sociedad imaginaria donde el Estado (con mayúsculas) anula al individuo, lo somete y lo vacía.  No faltan críticos que vean en Oceanía a la URSS y en el Hermano Mayor a Stalin. Durante ese periodo de la historia de Estados Unidos al que se ha dado en llamar Macartismo esta novela se utilizó como propaganda anticomunista, siendo que Orwell se situaba a la izquierda de la izquierda y criticaba el peligro y los abusos de un Estado omnipresente y opresor, no que fuera anticomunista.

Es un texto denso (pero para nada confuso) plagado de ideas que invitan a levantar la mirada de la página y reflexionar. Reflexionar sobre si esa sociedad negativa, donde las personas carecen de espontaneidad, de inteligencia, de sentimientos, de libertad, es la nuestra. Reflexionar si esa comunidad corrompida por el poder de la política, la censura y la manipulación es o se parece algo a la nuestra.

George Orwell no es un escritor, es una moral.

martes, mayo 03, 2016


Damián tiene trazas de no ser un tipo muy ambicioso, sino más bien fútil, soso, alguien sin dirección en la vida. Lo han echado del trabajo y merodea por Madrid hasta que una tarde entra en una tienda de anticuario y siente la necesidad imperiosa de robar un pasador de corbata. Los vigilantes de seguridad se percatan y lo siguen, y Damián los burla escondiéndose en un ropero de tres cuerpos. Este ropero es transportado hasta la casa de la familia integrada por Fede, Lucía y su hija adolescente.

Desde ese ropero Damián será testigo de las vidas de los tres. Asistirá a las frustraciones de Lucía, las angustias de María porque no le viene el periodo, las infidelidades de Fede...

Una lúcida parábola de la sociedad en la que vivimos donde es posible la soledad en ciudades superpobladas; donde, paradójicamente, la incomunicación es frecuente a pesar de vivir rodeados de personas y tecnologías de la comunicación. Una sociedad donde podemos oír noticias tan espantables como la que se publicó en El País hace unos días de un hombre  que es encontrado en su casa cinco días después de muerto, solo y sin que nadie lo hubiera echado de menos en todo ese tiempo. Tenía 3500 amigos en Facebook.

Muy brillante esta última novela que dice más de lo que parece a juzgar por la sencillez del argumento.