viernes, noviembre 30, 2012

         Si en un alarde de síntesis, al que tanto acostumbramos los (buenos lectores pero) perezosos escritores, tuviera que resumir el resumen de este ya resumido epítome del libro, lo haría con estas dos palabras, solo en apariencia contradictorias: Engaño (poco he tenido que buscar para hallar la palabra) y Franqueza (a cualquier novela suya se le puede aplicar).

miércoles, noviembre 28, 2012

Un Javier Marías joven que intenta demostrar lo buen escritor que, efectivamente, es. Aparte del virtuosismo del lenguaje y la curiosidad que suscita en el fan por la identificación del personaje principal con el propio autor, esta novela no me parece de mayor interés. Tampoco pienso que deba situarse entre las mejores del Rey de Redonda.

lunes, noviembre 26, 2012

        La criatura a la que dio vida Victor Frankestein no nos parece buena ni mala, sino demasiado humana para ser un monstruo. Y se convierte en monstruo por mor (por mor en su significado de a causa de, no en el literal de por amor de) de los asesinatos que perpetra cuando comprueba que su creador, el científico ambicioso y endiosado, lo ha prefigurado erróneamente y lo ha predispuesto para la amargura. Sus sentimientos no guardan armonia con su horrible físico, de modo que es rechazado antes por su aspecto que su comportamiento.

Dice el refrán: "el asno no era arisco, lo hicieron a sombrerazos". Frankenstein no es un ser maligno por naturaleza, lo endiabla su desdicha. Hay un pasaje en que nos dice aquello de: "soy malo porque soy desgraciado", es la frase de la novela. Su maldad deriva de su desgracia, y su desgracia de su soledad y su miedo, del rechazo de todos, aún de se propio creador. Es desgraciado porque su generosidad no es correspondida,  porque nadie le dispensa un poco de cariño y de amor. Es desgraciado por lo mismo que lo sería cualquier ser humano. Y su reacción vengativa y feral no encuentra en su dolor justificación , pero si su causa.

Siempre es beneficioso acudir a los clásicos.