miércoles, noviembre 28, 2012

Un Javier Marías joven que intenta demostrar lo buen escritor que, efectivamente, es. Aparte del virtuosismo del lenguaje y la curiosidad que suscita en el fan por la identificación del personaje principal con el propio autor, esta novela no me parece de mayor interés. Tampoco pienso que deba situarse entre las mejores del Rey de Redonda.

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