jueves, agosto 25, 2016

Anthony Whitelands es un curador especialista en arte que llega al Madrid agitado de la primavera de 1936. Debe peritar una colección de cuadros pertenecientes al duque de la Igualada en un palacete de la Castellana. Tiene un escarceo amoroso con una de las hijas de este que, a su vez, está enamorada del marqués de Estella, José Antonio Primo de Rivera, viejo amigo de la familia.
El jefe de Falange espera recibir ayuda y financiación del duque de la Igualada a través de la venta de estos cuadros y muy especialmente uno al que se le atribuye la autoría de Velázquez para hacer la revolución antes de que los militares (Mola, Franco, Queipo) se adelanten. Anthony se ve inmerso involuntariamente en un sin fin de peripecias, conspiraciones y aventuras amorosas a través de las cuales Eduardo Mendoza nos ofrece una visión del momento histórico y de la situación social en que se encuentra España los meses que preceden a la guerra.
Tratandose tema tan dramático es sorprendente el punto de vista adoptado, peraltado, desde arriba, como hacía Valle Inclán en el Esperpento; un estilo no exento de ironía, de humor sutil que se cuela por entre un lenguaje cuidado, culto o jergal dependiendo de los personajes.

martes, agosto 02, 2016


No la lean, es una novela inteligente, culta, ingeniosa e hilarante y eso hoy no se lleva; además, cuesta leerla, hay que concentrarse para seguir el hilo al baile de personajes y situaciones que abundan el texto. Hay incluso que hacer esfuerzos extras para consultar, como hace el personaje principal con el Covarrubias, un diccionario para saber a qué se refiere con ciertas palabras... un tostón, es lo que tienen las obras maestras.