miércoles, febrero 29, 2012


Montevideo, años 50 0 60 del pasado siglo. Martín Santomé es un viudo que trabaja en una oficina de autorrecambios de coches. Su vida es previsible, consuetudinaria y, solo falta que él mismo se lo reconozca, un poco gris. Un buen día la joven y promisoria Laura Avellaneda irrumpe en la oficina para alumbrarle la esperanza. El nuevo amor de Laura subviene todo ese mundo apático y melancólico en que Martín anda sumido, de manera que comienza a creer en la posibilidad ya descartada de una felicidad madura y plena. La repentina muerte de ella lo devolverá a la rutina melancólica y le hará comprender que el destino no le ha brindado una segunda oportunidad sino solo una tregua.

"No he querido saber, pero he sabido" estas primeras palabras de la novela la resumen muy bien. Al protagonista le violenta la sensación de verse obligado a saber lo que aún ignora sobre su familia. Su padre hubo de casarse tres veces para que él viniera al mundo. Él se debate entre la conveniencia o la inconveniencia de saber su pasado. Pero si ha de saberlo, porque los oidos no parpadean, ni pueden desoir lo oido, ¿qué importancia ha de tener el secreto, los secretos? ¿qué lugar debemos dar al pasado en nuestro presente? ¿qué debe decirse y qué callarse?

miércoles, febrero 01, 2012

Son De Negros En Cuba

Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüeña,
iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
iré a Santiago.
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre he dicho que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de cañaveras!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.