miércoles, febrero 29, 2012


Montevideo, años 50 0 60 del pasado siglo. Martín Santomé es un viudo que trabaja en una oficina de autorrecambios de coches. Su vida es previsible, consuetudinaria y, solo falta que él mismo se lo reconozca, un poco gris. Un buen día la joven y promisoria Laura Avellaneda irrumpe en la oficina para alumbrarle la esperanza. El nuevo amor de Laura subviene todo ese mundo apático y melancólico en que Martín anda sumido, de manera que comienza a creer en la posibilidad ya descartada de una felicidad madura y plena. La repentina muerte de ella lo devolverá a la rutina melancólica y le hará comprender que el destino no le ha brindado una segunda oportunidad sino solo una tregua.

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