miércoles, agosto 17, 2011

Arthur Pepper (1925-1982), fue un magnífico músico de la costa oeste de los Estados Unidos. Dotado de una talento natural para el jazz (también destacó como baladista y como músico de orquesta) no quiso o no supo encenderle un solo cirio a la santa gloria del éxito. Se diría una de esas personas a las que el triunfo incomoda y solo es moderadamente feliz en la búsqueda de lo auténtico.

Su obra fue reflejo de su vida, pero un reflejo convexo: parece mentira que alguien cuya vida se parezca a lo narrado en este libro pueda crear una música tan bella y emocionante. En su vida y/o en su obra hallamos riesgo, improvisación, vicio, sordidez, lirismo, derrota, resistencia, sensibilidad, soberbia, egocentrismo. Sinceridad temeraria, culto a la verdad, identificación de esta con la belleza, obsesión con el sexo, con el saxo, las mujeres, la heroína, la cocaína, el ácido y el alcohol, cirrosis hepática, cárcel, infancia enfermiza, carencias afectivas, introversión, odio inquebrantable a la delación, a la falsedad, San Quintín, tatuajes, racismo, música, más heroína y robo, reformatorio, jam sessions. Saxo alto, tenor y clarinete.

Una vida ejemplar es un relato sobrecogedor.

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