Luis Fernández Zaurín y José Candado sostienen la tesis de Dolores Montoya, "Chispa", quien ya asume que Camarón carece de otros derechos de autor que no sean los derivados de las 17 letras que él registró a su nombre. Actualmente, ella sostiene que Camarón, al menos, inspiró esas letras y sus derechos tendrían que ser compartidos por Pepe de Lucía, los herederos de Paco y otros autores. Claro que, por esa regla de tres, a la inversa, si Paco inspiró también indudablemente a Camarón, merecería al menos la mitad de sus royalties discográficos. Todo esto es un disparate legal, alentado por la indudable pasión que le pone Chispa a sus creencias. Que cada cual extraiga sus consecuencias. En mi libro, lo único que he intentado es recopilar los principales datos del caso. No soy juez, pero soy parte. Es decir, creo que Paco tenía razón y que a Camarón, en aquellas declaraciones en Informe Semanal, le habían puesto por delante el señuelo de una suma estratosférica por una obra sobre la que él no tenía derechos. Suponga que usted vive en una casa formidable y que alguien se la pretende comprar por una millonada, hasta que se piden las escrituras y usted sólo es propietario de una mínima parte de la vivienda que habita. Un abrazo.
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