El director no juzga al personaje ni
sus decisiones. Isabelle no es prostituta por razones económicas. Es
más bien una experiencia, una forma de rebeldía de una chica con una
vida perfecta; aunque las razones que llevan a la joven a verse con
hombres mayores (por un alto precio, el equivalente a su belleza) quedan
un poco difuminadas. No busca el placer sexual, lo que le gusta es la
excitación de guardar un oscuro secreto.
Impresionante la protagonista, cómo logra transmitirnos emociones a través del lenguaje gestual
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