jueves, mayo 26, 2011


Ésta no es lo que suele decirse una novela de entretenimiento. Quiero decir, que además de entretener denuncia y nos hace reflexionar sobre unos hechos históricos concretos. Por un lado la Transición ("Transacción" la llama por lo que en ella ve de trato, de pacto de renuncias...) y por otro la Ley de Memoria Histórica.
La Transición la aborda desde un punto de vista crítico, nos la muestra a través de una fotografía en blanco y negro haciendo resaltar el efecto claroscuro. Hay una frase clave en la novela que resume esto muy bien: "La Transición fue una victoria de todos que también tuvo sus perdedores".

El autor ahonda deliberadamente en el más triste y turbio episodio de la Transición: los asesinatos de los abogados laboralistas de la calle Atocha a manos de un comando ultraderechista español "Fuerza Nueva" y al parecer con la participación de un pistolero de la Red Gladio: organización paramilitar clandestina anticomunista pagada por, ATENCIÓN, la CIA. Hasta aquí los hechos históricos, increibles pero contrastados. Sad but true.

¿Cómo logra urdir los hilos de esta mezcolanza de temas y además que queden tejidos como una trama de espias a la que además se le hilvana un pequeño tratado filosófico de la relaciones de pareja y un minúsculo manual crítico sobre el abuso de poder por parte de los jueces? Eso solo Benjamín y Dios lo saben. Y Dios solo a veces.

A uno, como seguidor suyo en todas sus facetas: poeta, novelista, articulista, ensayista, tertuliano y rockero, solo se le ocurre pensar que probablemente no sea difícil encontrar mejores obras al respecto; o sea, estudios sobre estos temas más profundos y rigurosos. Pienso que sí, pero también creo que perderse a Benjamín, sus originales metáforas, sus ingeniosas comparaciones, sus juegos de palabras, sus aforismos, en fin, perderse su contagioso buen humor y su estupenda mala leche, eso, eso no sería sensato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya veo que sigues cultivando tu faceta "leona" ;)

joselu dijo...

Es una de las pocas constantes en mi vida, Rebeca. Y este blog es solo el "cuaderno del león", el sitio donde anoto las cosas que desearía no olvidar. Una manera de completar la lectura.